Un básico en todas las casas es tener una parrilla. Esta es sinónimo de encuentros con tus familia y amigos, carretes, celebraciones y reuniones. Además no hay nada más chileno que el asado dieciochero: donde en esa semana solemos comer más carne que en todo el año junto, y todas nuestras comidas diarias giran alrededor de la parrilla. Pero hay que tener claro que su limpieza es esencial para que perdure impecable y no se oxide. Acá te damos todos los datos para facilitar la limpieza de tu parrilla.
Es recomendable limpiar la parrilla lo antes posible, cuando alcance una baja temperatura pero nunca caliente. Así tenemos más probabilidades de sacar los facilidad la grasa quemada que una vez impregnada cuesta mil veces más sacar.
Si tu parrilla es de carbón saca las cenizas quemadas con una piedra pómez o una espátula sin dañarla. También te puede ayudar una virutilla que encuentras (¡obvio!) en nuestro pasillo de limpieza.
Acá las tareas se dividen por la parte interna y externa. Te dijimos que sería fácil pero igual toma su tiempo.
Para lavar la parrilla en su parte interna
Un buen tip es preparar una mezcla con bicarbonato de sodio y agua. Las medidas con ¼ de taza de bicarbonato por ¼ de taza de agua. Con esto haces una pasta que será tu mejor amiga para enfrentarte a los primeros pasos de la limpieza.
Aplica esta pasta en la rejilla donde sueles cocinar, de forma pareja con un cepillo y trata de que no omitas ningún área importante para que te quede parejo. Ideal si la dejas actuar durante toda una noche.
Restriega la rejilla con un cepillo especial para parrillas, con ganas para que salgan todos los excesos de comida pegada o grasa. Revisa el cepillo antes para que ninguna cerda se desprenda.
Enjuaga la rejilla con agua y sécala. Una vez que hayas restregado bien la rejilla con el cepillo, utiliza una manguera para rociarla con agua tibia. Asegúrate de eliminar toda nuestra pasta de bicarbonato mágica y los residuos de suciedad. Luego, seca la rejilla con una toalla limpia y estás listo con este paso.
Otro paso esencial que tendrás que hacer es cepillar los difusores de calor. Estos aparatos se ubican directamente sobre la parte superior de los quemadores para formar una barrera entre estos y la rejilla. A veces, los residuos de comida pueden acumularse sobre los difusores, por lo que debes extraerlos y utilizar un cepillo de alambre pequeño y seco para limpiarlos. Luego, pásales un pedazo de toalla Nova.
Por supuesto que por tu seguridad debes asegurarte de que tu parrilla se encuentre apagada y fría antes de limpiar cualquiera de sus componentes internos.
Acá deberás eliminar los residuos del asado de los quemadores. Para el sarro o las partes oxidadas te recomendamos un producto más que maravilloso, donde querrás volver a ensuciar todo para utilizarlo nuevamente. Se llama Bio Clean, lo puedes aplicar con un paño esponja y después restregar con una escobilla para sacar los restos de grasa de los quemadores y ¡santo remedio! Después, enjuaga con agua y detergente de cocina.
Parte externa de la parrilla
Para que el look de tu parrilla esté impecable e intacto vamos a necesitar: agua, detergente de cocina y por supuesto, Bio Clean.
Mezcla agua con tu detergente de cocina favorito y pasa esta mezcla con una esponja por la parte externa de parrilla, hazlo con un paño suave de microfibra para evitar que se raye. Las manchas difíciles dejaselas a una esponja y pon todo el empeño para dejarlo reluciente.
En las esquinas, que normalmente están con manchas de óxido y sarro, Bio Clean nuevamente será nuestro gran aliado. Verás como la parrilla inmediatamente va a volver al mismo look de cuando la compraste por primera vez.
Después de todos estos pasos pasa un paño con agua tibia para sellar la rutina de limpieza.
Te aseguramos que de la mano de nuestros productos y estos datos, vas a querer usar la parrilla mucho más y vas a lucir a la reina del convite impecable ¡No se te olvide compartir estos tips con tus amig@s parriller@s!